Este es un tiempo complejo y confuso en los Estados Unidos ya que persisten numerosas preguntas con respecto a la política federal sobre la inmigración. A través del país, miles de estudiantes universitarios y sus familias, tanto como trabajadores en una amplia gama de puestos, se sienten ansiosos por la incertidumbre sobre su estado legal.

Como una comunidad solidaria de educadores, religiosos y profesionales laicos que respetan la dignidad de las personas de todos los orígenes y valoran su potencial para contribuir al bien común del país, la Universidad Católica de América se dedica a proporcionar información, recursos y servicios de apoyo que responden a las necesidades de cada miembro de nuestro campus. Continuamos apoyando a muchos otros colegios y universidades para instar a nuestros líderes electos en el Congreso y la Casa Blanca a trabajar juntos, y rápidamente, en el desarrollo de una legislación sensata para resolver el debate sobre la política de inmigración de los EE.UU. También reafirmamos nuestro propio compromiso a la diversidad y la inclusión, y a la creación de un ambiente de campus que a la vez sea propicio para nuestra misión educativa y fiel a nuestro carácter moral.

En este contexto, La Universidad Católica de América continuará a:

• Escuchar y responder comprensivamente a las necesidades individuales de nuestros estudiantes y empleados migrantes.
• Vigorosamente proteger la privacidad de nuestros estudiantes y empleados migrantes hasta el grado que permita la ley.
• Retener información sobre el estatus migratorio de cualquier estudiante o empleado de cualquier autoridad legal sin una orden judicial válida.
• Requerir que cualquier agencia de control de inmigración que busque entrevistar a un estudiante o empleado en el campus presente una orden judicial válida o citación al Abogado General de la Universidad.
• Colaborar con otras organizaciones sin ánimo de lucro, en especial con Caridades Católicas, para ayudar a los estudiantes y empleados afectados acceder a servicios legales de inmigración.
• Trabajar diligentemente para proteger a los miembros de la comunidad de la Universidad Católica de la discriminación y amenazas a su libertad personal, la dignidad individual, o la libertad académica.  
• Reclutar estudiantes, facultad, y personal talentosos independientemente de sus orígenes nacionales o étnicos.
• Honrar los compromisos de asistencia financiera para estudiantes bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) si su estado de DACA expira.
• Consultar con profesionales legales, expertos en inmigración, asociaciones nacionales de educación superior, y colegas en otras instituciones para analizar y entender los nuevos desarrollos y usar nuestra fuerza combinada para efectuar cambios positivos.
• Apoyar legislación que protege los futuros de los estudiantes y otros recién llegados, inmigrantes, y refugiados que solo desean una mejor vida en los Estados Unidos.

Aunque mucho permanece incierto, una cosa no lo es: la misión de la Universidad, nuestro trabajo compartido, y nuestra gente, toda nuestra gente, importa. Damos la bienvenida, valoramos y creemos en nuestros Dreamers y otros miembros inmigrantes de nuestra comunidad, y continuaremos a tomar los pasos necesarios para que puedan alcanzar sus metas de educación y realización personal aquí en la Universidad Católica.

“No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”

—Hebreos 13:2